Recuerdo cuando, a principios de los ochenta, yo traía hasta aquí en el coche de mi padre a mi hermano Fermín, que aún no tenía permiso de conducir, para que viera a su novia. Solo media docena de años depués el poblado quedó abandonado.
La repoblación masiva de eucaliptos comenzó en esta zona en la segunda década del siglo XX, pero no pasó a ser propiedad del estado hasta 1947. Es entonces cuando el Patrimonio Forestal se hizo cargo de la explotación y comenzaron a construirse las primeras casas.
Cabezudos contó durante los cuarenta años que estuvo habitado con un colegio, una iglesia, un consultorio médico, una cantina, un comercio de ultramarinos y un pequeño casino, todo ello sigue en pie hoy día.
En este término municipal hubo otros poblados forestales de los que apenas quedan vestigios, los más importantes fueron Bodegones, El Abalario y La Mediana.