lunes, 16 de marzo de 2020

EL SANTO DE REMUÑANA

Posiblemente el atardecer sea la mejor hora de Remuñana. Es entonces cuando los rayos del sol inciden en la estatua del Sagrado Corazón y saca todo su partido del bronce. 

En 1920 el Sindicato Agrícola Católico, creado diez años antes por Pérez y Vacas, compró 835 fanegas de esta dehesa a fin de parcelarlas y repartirlas entre las familias más pobres del pueblo. 



Entre todas las parcelas, se reservaron algunas para edificar la Casa de Remuñana, una Escuela de Capacitación Agraria, que no llegó a construirse, y este monumento de casi once metros de altura, construido en ladrillo fino y coronado por una imagen del Sagrado Corazón a tamaño natural, conocida como El Santo, y localizada en una zona de viñedos y olivares, a medio camino entre Almonte y Bollullos.



sábado, 9 de marzo de 2019

BODEGA DEL CONDADO

Aún queda una docena de conos de cemento sobre bancada de ladrillo visto. 
Los más antiguos llevan el sello de la Sucursal de la Serena y la fecha de 1919, por lo que fueron construidos por mi abuelo Antonio en Villanueva de la Serena. 




Allí los embarcaban en tren y venían hasta la estación de La Palma del Condado, desde donde se distribuían a las distintas bodegas del Condado y la Campiña.


Teniendo en cuenta la fecha de construcción de estos conos, es de suponer que la bodega ya existiese antes, por lo que podríamos datarla dentro de las dos primeras décadas del siglo pasado.



martes, 19 de febrero de 2019

LOS CARRASCALES

No hay duda de que este lugar recuerda bastante a paisajes de Marruecos.
Sin embargo es una de esas gratas sorpresas que aguardan en los caminos de nuestro Condado. 


Un lugareño me relató la época dorada de esta vivienda de campo que quedó abandonada a mediados del pasado siglo. Se llegaba hasta ella por un camino de tierra batida en el que había bancos y macizos de flores. 




Ahora la casa es una isla en medio de un inmenso campo de cultivo en el que no existe senda de acceso.
La fachada lleva la fecha de 1914 y su arquitectura neomudéjar conecta con lo que se hacía por este tiempo tanto en Huelva como en Sevilla.






Cuando uno visita su ya deteriorado interior, no le es difícil imaginar su época de fastos y esplendor.


jueves, 23 de febrero de 2017

MORAÑINA, LA HERENCIA MALDITA

Tendría once o doce años la primera vez que vine aquí,
probablemente a principios de los años setenta.
En aquella época el edificio estaba entero, quizás algún trozo de techumbre rota o algún ladrillo fuera de su sitio. Desde entonces hasta hoy, Morañina se ha convertido en un montón de escombros, Morañina es solo un nombre molesto para los gobernantes que se saben con responsabilidades sobre el cuidado y la preservación del patrimonio.







Su fundación se remonta a 1400, año en que los Frailes Terceros de la Orden Franciscana lo construyeron, aprovechando este sitio donde al parecer ya existía una ermita y un pequeño poblado.
Situado a media distancia entre Bollullos y Almonte, a San Juan de Morañina le cabe el honor de haber sido el lugar donde se celebró la primera romería del Condado.




Las sucesivas desamortizaciones del siglo XIX acabaron con una parte importante de las propiedades religiosas en poder de particulares, los cuales en muchos casos no eran sabedores de la importancia de lo que tenían entre sus manos, ello trajo consigo que muchos edificios, cuadros, imágenes, libros,... acabaran perdidos, deteriorados o, en algún caso, en colecciones privadas del extranjero.
Más o menos esto es lo que ocurrió aquí también. Paradójicamente, el Convento de Morañina empezó a ser un lugar abandonado incluso antes de quedar deshabitado.
Hice estas fotos en el año 2008, cuando aún había algo que fotografíar allí. Hoy día, poco hay que recuerde por dónde iban los muros o en qué lugar estaban las chimeneas, las puertas o las ventanas. El expolio y la desidia municipal han hecho en este edificio aún más daño que el que haya podido hacer el tiempo. En los últimos años ha desaparecido el lagar, han robado las últimas rejas que quedaban y se ha desmoronado la torre, probablemente de pena. 






La leyenda cuenta que Ocasio Alonso trajo de allende los mares el zapote que hasta hace unos años guardaba la entrada sur del cenobio, el primer árbol de esa especie 
que llegaba al viejo continente. 
Ahora sólo las viejas fotografías y el recuerdo de algunos podrían ubicar con exactitud el lugar 
en el que estuvo plantado durante más de cinco siglos. 
Pronto ocurrirá lo mismo con este montón de piedras y no será fácil explicar a nuestros descendientes dónde se alzó el lugar do mora la niña, el edificio con más historia de nuestro pueblo.
MORAÑINA, LA HERENCIA MALDITA